Descripción detallada Lote 174

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Subasta 1066T, Lote # 174

Fossey, Mathieu de. Le Mexique. Paris: Henri Plon, 1857.
4o., VIII + 581 p. Primera edición. Texto con manchas de humedad en tercio inferior disminuyendo hasta desaparecer en página 289, algunos puntos de óxido. Encuadernado en pasta dura, lomo en piel.
Palau: 93970. Reimpresión 1862; Porrúa, 1949: 6854. Sabin: 25191. También menciona segunda edición en 1863 y tercera edición en 1865.

La llegada de Mathieu de Fossey (1805 - 1870) a México, estuvo antecedida por la creciente necesidad de colonización extranjera que se manifestó después del conflicto independentista, con el objetivo de civilizar a los indígenas a partir del mestizaje. Los puntos geográficos estratégicos fueron sobre todo Chiapas, Oaxaca, y los puertos de Tehuantepec, Huatulco, Tonalá y Coatzacoalcos. Así fue como en 1830 se embarcó en el Petit-Eugène con destino a México, arribando a Coatzacoalcos el 13 de febrero de 1831. A su llegada, se encontró con los colonos que habían perdido todo a raíz del naufragio de la nave Glaneuse, la cual zarpó poco antes que Petit-Eugène y fue víctima de las intermitencias de la naturaleza. Se mostraron descontentos frente al modo de vida precario que se vieron obligados a llevar y a eso se sumó el incumplimiento de los compromisos que habían impulsado el proyecto de colonización. A pesar de dicha situación, Fossey permaneció en México hasta 1857, con un intervalo de dos años, pues de 1841 a 1843 volvió a su natal Francia como resultado de la Primera Intervención Francesa.
Una de sus obras más destacadas es Le Mexique, en la que describe al México de la primera mitad del Siglo XIX desde la perspectiva de un inmigrante y no, como muchos otros, desde el punto de vista de un viajero, que al final, sólo está de paso por la región. Retrata los esfuerzos que tuvieron que realizar en tanto colonos, para construir una nueva vida en las diferentes regiones, así como las relaciones establecidas con los indígenas y el descubrimiento de la riqueza cultural prehispánica y el hartazgo de los habitantes ante los constantes saqueos por parte de extranjeros.
Por otra parte, señala la superficialidad en los ritos cristianos, que no terminaron de formar parte constitutiva de los pueblos indígenas, quienes acoplaron sus creencias antiguas a las nuevas figuras religiosas, en consecuencia, no existía una plena construcción moral del individuo. Cabe mencionar que Fossey describe la vida cotidiana de los indígenas y su constitución como seres humanos desde una perspectiva racista, aun cuando llega a reconocer algunas de sus cualidades como seres inteligentes.
Fue testigo de eventos históricos importantes tales como las primeras Intervenciones por parte de Francia y Estados Unidos. Con relación a la Intervención Francesa de 1838, desmiente el motivo que se decía había desatado el conflicto, la explicación generalizada exponía que unos soldados mexicanos se habían comido unos pasteles y ahora el pastelero exigía 30 mil piastras para cubrir las pérdidas, sin embargo, Fossey afirma que lo que en realidad pasó fue que lo que se solicitaba era más bien 800 piastras con motivo de un robo cometido en Tacubaya por unos oficiales mexicanos, miembros de la tropa de Santa Anna que se trasladaban de la Ciudad de México a los alrededores de Puebla. Sobre la Intervención Norteamericana mostró su inclinación a que México se apoyara en Francia para evitar que Estados Unidos le quitara su independencia y la libertad de culto se instaurara en las comunidades indígenas, sobre todo temía que dichas comunidades retomaran sus creencias bárbaras de sacrificios humanos y pudieran llegar a levantarse en armas en protesta de las vejaciones que durante tantos años venían padeciendo, consideraba que la religión cristiana era su único vínculo con una sociedad civilizada.
Criticó también la formación del ejército mexicano, afirmando que se encontraba conformado por bandidos y asesinos que tuvieron que elegir entre ser encarcelados o unirse al ejército, y que cuando no había delincuentes, se obligaba a los indígenas a enlistarse mediante levas, lo que irremediablemente significaba deserciones constantes. Como ejemplo señala a los infelices obligados a participar en 1836 en el conflicto del territorio texano que eran sujetados mediante nudos corredizos para evitar que se fugaran. Aunado a estas deficiencias por parte del gobierno, Fossey criticó muchas otras acciones u omisiones que incluían también al cuerpo de legisladores, así como las facciones partidistas que demacraban la política interior.
"Fossey es un hombre profundamente pesimista, convencido de que México se hallaba sumido en una crisis de valores de tal envergadura, que no podía realizar por sí mismo el esfuerzo necesario para extirpar los numerosos vicios que corrompían el tejido social".
Véase en: Ferrer Muñoz, Manuel. Mathieu de Fossey: Su Visión del Mundo Indígena Mexicano. Páginas 117 - 154. Recurso electrónico: https://archivos.juridicas.unam.mx/www/bjv/libros/1/252/7.pdf

Estimado $6,000-8,000

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